A veces, cuando cierro los ojos, pienso en lo que vivimos, en las risas, lo que me decías al oído, las veces que caminamos por las calles de la mano y lo que sentía mi corazón. Y ahora está todo negro. Y te extraño. Extraño lo que solías ser, lo que solíamos ser.
Todavía recuerdo cuando todo era risas, cuando no había más nada en que pensar. Cuando estabas conmigo hasta en los sueños, cuando eras mi otra mitad. ¿Y ahora? Ahora la lluvia se llevó las risas y tan solo dejó lágrimas en mi mejilla que no se secan con el sol.
¿Qué me pasó?¿Qué te pasó?¿Cuándo cambió todo? Son preguntas que no logro responder.
A la noche, me mato pensando y no puedo entender ¿Serás otra persona?¿Por qué tuviste que arruinarlo otra vez? Todo era tan perfecto, tal vez demasiado perfecto para mí.
Tal vez sea el momento de entender que los principes y princesas solo existen en los cuentos. Que los cuentos son tan solo cuentos y que las historias de amor solo son para algunos, y yo no soy una de esas.
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